A medida que aumenta el número de recién nacidos prematuros que reciben cuidados intensivos neonatales y las tasas de supervivencia siguen mejorando, aumenta drásticamente el número de antiguos bebés prematuros que presentan un deterioro de las funciones motoras, sensoriales y cognitivas. De los 500.000 bebés que nacen anualmente antes de término en Europa, se espera que, cuando lleguen a la edad escolar, 125.000 (25%) necesiten diferentes apoyos escolares, permisos remunerados para las familias y los cuidadores, y es posible que no puedan alcanzar una educación superior debido a una amplia gama de discapacidades motoras y de aprendizaje que no pueden identificarse y prevenirse eficazmente durante el periodo postnatal temprano. Se calcula que el coste de la discapacidad asociada a la prematuridad durante los dos primeros años de vida en Europa supera los 50.000 euros anuales por bebé. Abordar la carga mundial que suponen los nacimientos prematuros se ha considerado una tarea fundamental para alcanzar el tercer Objetivo de Desarrollo Sostenible de la OMS -garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades- y reducir la carga social neonatal e infantil relacionada con la prematuridad.